Como hermanas del Buen Pastor y partners en la misión continuamos siendo inspiradas por los ideales de S. Juan Eudes para continuar el legado de vivir y trabajar “corde magno et animo volenti” - “con un corazón grande y espíritu valeroso”.
La santidad, dice él, es el abrirse incondicionalmente al amor de Dios. Es expresada visiblemente de muchas maneras, pero la variedad de expresiones tiene una cualidad común: la preocupación por las necesidades del prójimo.
Dar esperanza
En nuestros servicios a nuestras hermanas y nuestros hermanos en dificultad por todo el mundo, encontramos a tantas personas que son agobiadas con pruebas y desafíos insuperables y se hallan al borde de la desesperación. El no saber cómo ayudarles nos puede desalentar mucho. Pero hemos sido llamadas/os a dar testimonio de la Esperanza, la esperanza que está en nosotras/os. Esperar contra toda esperanza es lo que garantiza nuestra marcha hacia adelante. Traemos con nosotras/os no una idea abstracta sino a una persona, la persona de Jesús mismo, quien a través de nosotras/os canaliza de muchas maneras el amor y la esperanza.
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