martes, 4 de agosto de 2015

PROFETAS DE LA MISERICORDIA CON LA COMUNIDAD LGTBI - RED DE ORACIÓN

Desde la vivencia de la inclusión como una dimensión constitutiva y vital de la justicia y por ende del anuncio del Evangelio, y la invitación a una vida profética enraizada en las situaciones de margen, presentamos esta oración para reflexionar acerca de una realidad que se va haciendo cada vez más visible: La realidad de la Comunidad LGTBI (Lesbianas, gays, transgéneros, bisexuales, intersexuales); la metodología a usar es la del VER-JUZGAR-ACTUAR que nos ofrecerá apertura a cuestionamientos profundos que nos lleven a una acción transformadora y de opción
por la vida.
A través de los años vemos que quienes conforman este colectivo, son despreciados, marginados, perseguidos y hasta condenados a muerte por su orientación sexual; ¿acaso la misericordia, la compasión, la acogida es solo para algunos?

“Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos ustedes son uno en Cristo Jesús”

AMBIENTACIÓN: Proponemos para esta oración, colocar un camino iluminado con algunas velas y con huellas de diferentes colores, formas y tamaños, símbolo de nuestra vida y la diversidad de personas que vamos hallando en su transcurso. La
invitación es a contemplar cómo pasamos ante estas diferentes realidades, cómo nos cuestionan y acoger estas experiencias de encuentro como oportunidades para nuestro camino de transformación en la vivencia de la misericordia, la justicia y la inclusión.

ORACIÓN INICIAL: Tomemos conciencia de la presencia de Dios Padre-Madre que nos habita, dejémonos iluminar por su espíritu siempre dinámico que nos inspira a ser unidad en la diversidad, que nos sintamos desafiadas por el Evangelio de Jesús que nos convoca a la experiencia profunda y trascendente de la mesa compartida, del corazón plenamente humano, de la acogida y ternura con especial predilección a los más débiles y marginados de nuestra sociedad.

viernes, 10 de julio de 2015

Por la Dignidad de los Seres Humanos que Sufren el flagelo de la Trata de Personas - Red de Oración

« Una primera respuesta del Buen Pastor es expresar solidaridad con aquellas personas que han sido víctimas de este horrendo crimen. La segunda, escuchar las experiencias de estas personas y desarrollar programas holísticos para atender a sus necesidades. La tercera, aumentar nuestra capacidad para comprender la dinámica de la trata y así apoyar a las mujeres y niñas en su proceso de recuperación y en su auto empoderamiento por medio de un apoyo social, oportunidades de crecimiento personal y desarrollo de destrezas que les permitan emplearse y conseguir un ingreso seguro. » Posición del Buen Pastor Sobre la Trata de Seres Humanos especialmente de las Mujeres y las Niñas

« La trata de seres humanos es una industria mundial despiadada que niega a las víctimas sus derechos y su dignidad y genera miles de millones de dólares para las redes de la delincuencia organizada. La mayoría de las víctimas de la trata son mujeres y niños vulnerables que son engañados para hacerles emprender una vida de sufrimiento. Son explotados sexualmente y obligados a trabajar en condiciones similares a la esclavitud. Abramos los ojos ante este delito y abramos nuestros corazones a las víctimas. Ha llegado el momento de decir no a la trata de seres humanos. » Mensaje del Secretario General Ban Ki-moon en el Día Mundial contra la Trata de Personas, Julio 30 2014

Algunos hechos en los países de la Unión Europea

Unas 500.000 mujeres y niñas son enviadas a los países ricos por los traficantes, una vez en estos países son obligadas a prostituirse o a trabajar sin un sueldo. Estas bandas en Europa cada año obtienen $ 7 billones de dólares de beneficios de la explotación sexual y de la esclavitud de estas mujeres. Independientemente de la pregunta de si el ejercicio de la prostitución es forzado o "consensual" el hecho es que las mujeres y niñas son privadas, por las bandas criminales, de los derechos individuales y forzadas a través del instrumento ilegal de “la esclavitud por deuda” en una especie de esclavitud moderna. La trata de mujeres es tan lucrativa como el tráfico de drogas, pero mucho menos arriesgada: la condena por tráfico de drogas es de más de diez años de prisión, mientras que para la trata de mujeres la pena máxima es de dos años.

Según las estadísticas internacionales hay alrededor de 21 millones de personas víctimas de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, de trabajo forzoso, la mendicidad, el tráfico de organos, la esclavitud y el matrimonio forzoso, la adopción ilegal y otras formas de explotación.

miércoles, 1 de julio de 2015

LAS LÁGRIMAS DE LAS MUJERES EN EJERCICIO DE PROSTITUCIÓN - RED DE ORACIÓN




“Nos comprometemos… a responder al sufrimiento del mundo que nos llama a los márgenes… dando pasos audaces para usar eficazmente nuestros recursos internacionales, tejer redes y… trabajar con celo a favor de las mujeres y niños/as, especialmente de aquellos/as que han sido víctimas de la trata…” (Orientación del Buen Pastor, 29º Capítulo Congregacional de julio de 2009)




“De cualquier color que sean sus lágrimas, siempre son muy amargas.” SME

El gozo contenido en la amistad gratuita, sincera, abierta y tierna de mujeres que han dejado el ejercicio de la prostitución y hoy son apóstoles de la misericordia y la reconciliación del Dios que las mira en la sensibilidad expresada por Jesús, el Buen Pastor, el amigo que dio su vida por ellas y por todas/os nosotras/os, inspira esta oración por estas mujeres y por las mujeres que aún están en situación de prostitución y las que pueden caer en la trampa de esta estructura económica del proxenetismo; mujeres de quien Jesús dijo “ llegarán antes que ustedes al Reino de Dios” (Cfr. Mateo 21,31), para que acojamos todas y todos la propuesta de San Pablo y no nos amoldemos al mundo actual sino que seamos transformadas/os mediante la renovación de la mente y podamos contemplar la voluntad de Dios, buena agradable y perfecta para estas hijas de Dios y hermanas nuestras en Cristo (Cfr. Romanos 12,2).

De igual manera, para que estas mujeres se revaloren, recuperen su dignidad y dejen la carga de una moral social que las oprime, les reclama y margina constantemente, aun después de haber dejado la prostitución. Que puedan recobrar la confianza: en sí mismas, su propio género, las familias, la vida religiosa, la iglesia y la sociedad, por medio del lenguaje y la recuperación de la Palabra en espacios sagrados de conversación que promuevan el cambio de los patrones socio – culturales que perpetúan y amplían la prostitución en un mundo que acepta la conducta ‘prostitutiva’ pero no la persona que la ejerce o ejerció.

jueves, 7 de mayo de 2015

ORACIÓN POR LAS FAMILIAS - RED DE ORACIÓN

15 de Mayo: es el Día Internacional de la Familia. Esta fecha fue proclamada en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas haciendo eco de la importancia que la comunidad internacional le otorga a la familia. Es la ocasión para tomar conciencia sobre ello y tener un mejor conocimiento de los procesos sociales, económicos y demográficos que afectan a este importantísimo núcleo de la sociedad

El Papa Francisco ha convocado para este año un Sínodo sobre las Familias, en el mes de octubre. En sus últimas catequésis de los días miércoles nos está recordando el valor de la familia, y del proyecto de Dios hacia ella. Del gran don de Dios a la humanidad, con la creación del hombre y de la mujer, y con el sacramento del matrimonio.



En la VII Cumbre de las Américas, celebrada el mes pasado, en la ciudad de Panamá, los representantes de la sociedad civil de 18 países de América Latina lograron que en los documentos oficiales se explicite la protección a la familia, como eje rector para garantizar la paz y la seguridad en la región, y como principal responsable en la educación de los hijos.


TRABAJADORAS SEXUALES SE CONVIERTEN EN AUXILIARES JUDICIALES EN NICARAGUA

 De Blanca MOREL | AFP
AFP - La trabajadora sexual Concepción de María Jarquín, de 46 años, preparándose para trabajar en Matagalpa, a 125 kilómetros de Managua, el 27 de marzo de 2015 (AFP | Inti Ocon)
Cony pasa el tiempo en bares exhibiendo piernas y pechos con ropa ajustada. Pero ese día, enfundada en un vestido estampado de corte hasta la rodilla, fue a su primera clase de leyes, entre 60 trabajadoras sexuales que serán auxiliares judiciales en Nicaragua.
"Ver a un desconocido encima de uno es horrible, no es un trabajo digno, es asqueroso, pero de ahí comen nuestros hijos", dice Concepción Jarquín a AFP en una casucha de la norteña ciudad de Matagalpa. En su choza no se pueden dar más de dos pasos. La levantó con unos trozos de madera y plásticos negros como paredes y techo, en una parcela que la alcaldía le dio hace ocho años en el barrio Sor María, en las montañas de Matagalpa.
Esta mujer risueña de 46 años a quien todos llaman Cony, de tez blanca y facciones finas, cuenta que para alimentar a sus dos hijos y, ahora también, ayudar a que coman sus nietos, se ha acostado con muchos. "Campesinos, oficinistas, licenciados, pastores, sacerdotes y políticos...", enumera con naturalidad.
A los seis años fue violada por un vecino, dejó la escuela y huyó de su casa cargando a cuestas el desprecio de su madre; trabajó en tiendas y hoteles donde la acosaban sexualmente y terminó en bares de Matagalpa, Managua y otras ciudades del país. Aprendió a sobrevivir en un ambiente hostil y eso -piensa- le servirá para ayudar a otros a defenderse. Con la Asociación de Mujeres Trabajadoras Sexuales 'Girasoles' -legalizada en 2012 para gestionar atención médica y capacitación con apoyo estatal-, Cony participa en los cursos gratuitos que imparte la Corte Suprema de Justicia.

'Cony', como se conoce a Concepción de María Jarquín, de 46 años, fumando mientras espera clientes en Matagalpa
- Clases de derecho -

Para llegar al barrio de Cony se camina cuesta arriba bajo un despiadado sol sobre pedregosas calles de tierra que cuando llueve se cubren de lodo. Una mañana de éstas bajó, tomó un autobús y recorrió los 170 kilómetros para recibir en Managua sus primeras clases.
En un salón de la Corte, vestida modesta pero en sus ropas más elegantes, se juramentó como facilitadora judicial para asesorar a víctimas de atropellos y ayudar a resolver conflictos menores en su barrio. En el taller bimensual, Cony y otras trabajadoras sexuales aprenden algo de derechos, normas del Código de Familia y de las leyes contra la trata de personas y la violencia de género.
Los facilitadores judiciales, que suman 4.300 en el país centroamericano, son ciudadanos capacitados y acreditados por el poder judicial para alcanzar arreglos amistosos sobre delitos menores, en el marco de un programa de voluntariado surgido hace 17 años con asistencia técnica de la OEA. Ahora, gracias a la gestión de 'Girasoles', es la primera vez que se integran a este proyecto también las trabajadoras sexuales, que suman 14.000 en Nicaragua, la mayoría sin atención médica, maltratadas por los clientes, violadas o agredidas por delincuentes o discriminadas por la policía. Si bien no reciben remuneración, la experiencia les servirá para ayudar a resolver los problemas que ellas enfrentan en la calle y bares, así como a socorrer a las personas de su comunidad.

- Dios y justicia -

En su barrio abundan los problemas en las familias y entre los vecinos. La mayoría vive hacinada, en chozas de plástico o revestidas con láminas de zinc. Tampoco tienen agua.
Un camión pasa cada dos días vendiendo agua a un dólar el barril para que la gente pueda cocinar, asearse y lavar la ropa. Algunos osados bajan a buscarla hasta un riachuelo cercano, con machetes y botas de hule por temor a ser picados por culebras.
"A veces en la casa no tenemos ni para comprar el balde de agua", dice Cony. "Aquí solo tengo mis cuatro trapos y el camastro (cama)", dice al mostrar su choza, en una de cuyas paredes cuelga un letrero que reza: "Jehová sama (Dios está aquí)".
Acostumbrada a no dejarse vencer por la pesadumbre, de pronto se anima, se maquilla y baja a una cantina de la ciudad.
Suena a todo volumen una canción mexicana, pero consigue entablar una conversación con la dueña del bar, entre las miradas maliciosas de un grupo de hombres que apuran sus botellas de cerveza.