lunes, 30 de marzo de 2015

LA FORTALEZA DE SER MUJER - RED DE ORACIÓN

El 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer Trabajadora o Día Internacional de la Mujer, la celebración surgió en Copenhague, Dinamarca, el 19 de marzo de 1911.

La fortaleza es un don que solo tienen aquellos que aceptan el reto de vivir. ¡Venciste mujer! Con no dejarte vencer. Pedro Calderón de la Barca (1600-1681). Poeta español


(Preparar un ambiente de reflexión: flores, velas y fotografías de mujeres)

Desde un inicio Dios creó a la mujer con el propósito de que el hombre no estuviera solo, que ambos se hagan compañía comprendiendo que la soledad solo debilita la fortaleza de la humanidad, ambos deben asumir el compromiso y la ayuda mutua en bien de la familia (Génesis 2,18). También en la Palabra de Dios queda claro que la
mujer debe ser protegida, amada y respetada y que por ella el hombre debe ser capaz de renunciar a su familia y ser en ella un solo cuerpo y una sola carne sin importar el
transcurso del tiempo (efesios 5,25-31).

Como clara demostración de la importancia de SER mujer, la Biblia está llena de historias de grandes mujeres: valientes y visionarias, virtuosas y abnegadas. Las Escrituras se refieren particularmente a algunas de ellas: Ruth, Ester, Judit y María Magdalena, entre otras, que a pesar de las desventajas y las situaciones adversas lograron poner en alto el nombre de Dios y cumplieron con la misión que Dios les había confiado.

La realidad actual no es distinta, pero la mujer dejó de lado el ser solo un símbolo de maternidad para convertirse en una heroína que se va enfrentando cotidianamente con diferentes problemáticas: la exclusión, la inequidad de roles, la discriminación, la violencia, la infravaloración, desconocimiento de sus valores… siendo estas situaciones que llegan a ser un obstáculo para su desarrollo integral.

En muchas ocasiones ha sido ignorada la labor de la mujer en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, aun así demuestra fortaleza para sobrellevar estas adversidades y obtener respeto por su dignidad y el rol que tiene en la sociedad.

Una mujer de fortaleza “no retrocede” sino que enfrenta toda adversidad con el poder y la autoridad que Dios le ha dado y “actúa”; no se debilita con el problema o la situación sino que en la tormenta levanta vuelo con la unción del Espíritu; una mujer de fortaleza sabe lo que quiere, sabe dónde está parada, asume desafíos, se pone metas y las cumple, porque se siente llena de la gracia de Dios.