jueves, 12 de junio de 2014

EL PAPA HACE UN LLAMAMIENTO CONTRA EL TRABAJO INFANTIL Y LA TRATA DE PERSONAS

2014-06-11 Radio Vaticana

(RV).- Al final de la Audiencia, el Papa después de los saludos a los fieles hizo un llamamiento contra la explotación del trabajo infantil:
“Mañana, 12 de junio, se celebra el Día Mundial contra la explotación del trabajo infantil. Decenas de millones de niños, escuchad bien ¡eh!, decenas de millones de niños, están obligados a trabajar en condiciones degradantes, expuestos a formas de esclavitud y explotación, así como a los abusos, los malos tratos y la discriminación. Espero sinceramente que la comunidad internacional puede ampliar la protección social de los menores para erradicar este flagelo de los niños. Renovemos todos nuestro empeño, en particular las familias, para garantizar a cada niño y niña la salvaguardia de su dignidad y la posibilidad de un crecimiento sano. Una infancia serena permite a los niños mirar con confianza a la vida y el futuro”.
Invito a todos a rezar a la Virgen que tuvo el niño Jesús en brazos, a rezar a la Virgen por estos niños y niñas que son explotados con el trabajo y también con los abusos. (MZ-RV)

EL PAPA: EL ESPÍRITU SANTO NOS HACE SENTIR COMO NIÑOS EN LOS BRAZOS DE NUESTRO PAPÁ DIOS (Catequesis de hoy)

Después de dos días en reposo, con actividades en privado en la Casa Santa Marta, el papa Francisco retomó hoy su perfil público y de alta exposición y encabezó la audiencia general de los miércoles en la Plaza San Pedro en el Vaticano .
Ante una multitud, el pontífice clamó contra la corrupción y contra quienes se dejan corromper, contra la esclavitud y quienes viven de la trata de personas, y contra la fabricación de armas y quienes son “mercantes de muerte”. Les dijo que tendrán que hacer cuentas con Dios.
El Papa dedicó su reflexión a la expresión “temor de Dios” y dijo que no significa tener miedo, sino “una alarma ante la persistencia del pecado”.
Se refirió a aquellos que “tienen responsabilidad y se dejan corromper”, “a las personas que viven de la trata de personas y del trabajo esclavo y a los que fabrican armas, y que son mercantes de muerte (…)”.
“Un día, todo terminará y en el más allá tendrán que hacer cuentas con Dios por todo el mal cometido. Además, no se podrán llevar a la otra parte el fruto de su corrupción: dinero, poder y orgullo”, agregó.
El sumo pontífice aseguró que estas personas “no son felices”, que tienen “el corazón roto” y que así es difícil que se acerquen a Dios “porque no tienen a Dios en el corazón”.

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