sábado, 10 de mayo de 2014

LA VOCACIÓN DE UNA MADRE - RED DE ORACIÓN

“Mis queridas hijas, tenéis en cierta manera,

la misma vocación que la Madre de Dios”(SJE. Lect. 26)

Desde el momento en que se anuncia la llegada de un hijo o hija, independiente de la edad de la futura madre y sobre todo cuando es primeriza, se experimentan sentimientos especiales entremezclados como un torbellino de dudas y emociones ya que esto implica un cambio de vida, de hábitos, de responsabilidades que influyen muchas veces en la forma de mirar el mundo, surgen interrogantes como: ¿seré capaz de ser un buena madre?, ¿cómo organizaré el cuidado del bebé?, ¿cómo puedo conjugar mi vida y la maternidad?, ¿quiénes me pueden apoyar en la crianza de mi hijo(a)?, en resumen, una serie de preguntas, inquietudes y expectativas que se enfrentan gradualmente.

Hoy en día muchas ideas liberales o situaciones de violencia han desvirtuado ese don de la maternidad influyendo fuertemente en decisiones importantes, olvidando que los hijos son un don precioso que Dios nos ha confiado, un regalo valioso que ha puesto en nuestras manos y en nuestro corazón al cual debemos cuidar y servir con amor y responsabilidad, un don que en lo más profundo, entraña un misterio que poco a poco, vamos a ir descubriendo, aunque nunca en su totalidad pues antes de ser nuestros hijos, son hijos de Dios.

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